
El artículo original (en inglés) se puede leer en la web de este periódico sobre economía, pero aquí te ofrecemos una adaptación al castellano:
Ocio alemán
¿Gusto por las reglas?
28 Agosto 2008 | BERLÍN
(de la edición impresa de The Economist)Alemania tiene el control del negocio de la creación de inteligentes nuevos juegos de mesa
Para los jugadores de verdad, Puerto Rico es teritorio alemán, no estadounidense. Se reunen en grupos de tres a cinco personas para plantar vegetales, transportar bienes y levantar edificios, todo ello en una hora o dos de gestión de recursos y comercio como colonos del siglo XVI en el Caribe. “Puerto Rico”, en el segundo puesto de la lista de juegos de mesa de boardgamegeek.com, es el hijo intelectual de Andreas Seyfarth, empleado público, y uno del puñado de diseñadores de juegos que trabajan con el cartón en vez del silicio.
Puerto Rico de Andreas Seyfarth.
Alemania es a los juegos de mesa lo que Bélgica al chocolate. Se ha especializado en “eurogames” (eurojuegos) que enfatizan la estrategia sobre la vistosidad, reducen el azar y el conflicto, discurren por temas económicos mejor que militares, y mantienen a todos los jugadores en la mesa hasta el final de la partida. Los más inteligentes y prolíficos diseñadores, como Reiner Knizia (quien vive en Inglaterra) son superestrellas en este mundo. Los eurojuegos (o también juegos de estilo alemán) no se pueden confundir con los “Ameritrash” (juegos cutremericanos), que generalmente tienen aspecto más dramático y piezas de plástico, aunque argumentar cuales son las diferencias entre ambos estilos parece ser la segunda afición favorita de todo aficionado a los juegos de mesa.
El por qué Alemania ha conquistado pacificamente este área del mundo de los juegos de mesa no está claro. Heinrich Hüntelmann de Ravensburger, una editora de juegos alemana, piensa que un especial "gusto por la reglas" es parte del "espíritu alemán". En Alemania se comenzó a tener afición por los juegos de mesa con el surgimiento de la burguesía en el siglo XIX, en parte porque se consideraron un buen ejercicio para las mentes más jóvenes. Fritz Gruber, que trabaja pra Kosmos, otra editora alemana, piensa que este ocio tiene raices proletarias; los juegos de mesa ofrecen un tipo de ocio muy barato.
Los Colonos de Catán de Klaus TeuberUn nuevo boom comienza en 1995 con el lanzamiento de “Los Colonos de Catán”, otro juego sobre colonización, que no pasó sin pena ni gloria ni mucho menos. En Alemania se entrega el Oscar de los juegos de mesa: el Spiel des Jahres (juego del año en Alemania) recientemente ganado por “Keltis” del Dr. Knizia, un juego de cartas y piedras celtas, y el Deutscher Spiele Preis (premio de los juegos alemanes) que normalmente recae en juegos más complejos (incluyendo Puerto Rico en 2002).Los alemanes son los jugadores europeos más fervientes, seguidos de los franceses y los holandeses. Los británicos prefieren juegos basados en programas de televisión, los italianos no se quedan en casa, dice el Sr. Hüntelmann. En los Estados Unidos, donde dominan clásicos cono el Monopoly, los eurogames también tienen una afición ávida de novedades. No como en el monopoly, demandan tener que pensar, no como en los juegos electrónicos, buscan interacción social entre personas, dice Paul Unger, un desarrolador de software que juega a juegos de mesa en New Jersey y Connecticut. Eso también puede ser una punto flaco: muchas veces todo se parece demasiado a trabajar.
El artículo, con sus tópicos e incorreciones, no deja de ser buena noticia. Los juegos de mesa siguen haciéndose un hueco a escala global.
¡Nos jugamos!