Para saber más de la historia de este libro que acaba de ser publicado hace unos días por la cordobesa Editorial Almuzara, te remitimos a nuestro artículo presentación: Los colonos de Catán de Rebecca Gablé - podrás conocer su relación con el juego de mesa Catán de Klaus Teuber y hasta encontrar la banda sonora para acompañar la lectura.
Klaus Teuber tenía en mente a los pueblos vikingos medievales cuando imaginó una trama para su juego de mesa Catán - así lo reflejan las ilustraciones en sus actuales ediciones. La escritora Rebeca Gablé aceptó el encargo y tras varias conversaciones con el autor del juego, supo encontrar con ese punto de partida su propio camino como narradora. Teuber en persona nos relata el origen de la novela en el prefacio.
El libro de Los colonos de Catán es una novela histórica por su ambientación y cuidados detalles, pero cuyo argumento es ficticio y cuyo paisaje es la inexistente isla de Catán en algún lugar del Atlántico. Rebeca Gablé muestra admirablemente a lo largo de la historia las cotumbres, ritos y vida diaria de un pueblo vikingo (aunque ellos mismos nunca se denominen de esa forma) alrededor del siglo IX, todo ello dentro de un argumento que siempre está en movimiento bien impulsado por sus personajes.
La historia comienza en alto con dos amigos retándose a nadar en las frías aguas de un fiordo del norte europeo, justo cuando contemplan como Elasund, su pueblo costero, es atacado por los barcos de otra tribu. Y desde ahí ya no habrá descanso.
La primera parte de la novela se centra en la preparación del viaje, la emigración y la búsqueda de la mítica Catán, una isla con mejores tierras para un pueblo que sobrevive a duras penas en un terreno baldío y esquilmado por los continuos ataques. La población vikinga, marinera y valiente, decidirá emigrar y adentrarse en el mar buscando mejor suerte. Es evidente para una persona lectora que los barcos de los protagonistas acabarán encontrando la isla de Catán, así que la escritora idea eficazmente varias tramas para hacer emocionante el viaje.
En los dos tercios finales de la novela, cuando los colonos llegan a Catán, las aventuras continuarán en el nuevo territorio por explorar. Las relaciones entre los muchos personajes, amores y odios, y las tensiones por el poder se van destejiendo página a página, siendo la competencia continua uno de los aspectos más conseguidos e interesantes del libro.
Podríamos haber esperado que Los colonos de Catán fuese una historia dulce o complaciente con el juego de mesa familiar en el que se inspira, pero no lo es en absolluto. Los colonos vikingos de Catán se muestran con toda la rudeza de su tiempo y su cultura, como en el manejo de esclavos disponiendo de ellos a voluntad en todos los sentidos, o en sus ritos de sangre y brutales castigos impuestos por la comunidad.
Su civilización vikinga se contrapone, sobre todo en materia religiosa, con el punto de vista de Austin, un esclavo cristiano que era un monje católico bretón en misión evangelizadora por tierras nórdicas cuando fue capturado y esclavizado por Candamir, protagonista principal de la novela - y cuyos actos, vistos desde nuestro moderno punto de vista, no siempre lograrán ganarse nuestra simpatía.
Ese protagonismo se comparte con un buen reparto de personajes (Osmund, Siglind, Olaf, etc.) cuya personalidad e intereses iremos conociendo poco a poco, con algunas buenas caracterizaciones y consecuentes giros argumentales.
Catán es una isla virgen, una magnífica y rica tierra para ser colinizada, pero allí también se encontrarán nuevos peligros y viejas rencillas junto con costumbres que será difícil superar.
La escritora introduce en la novela varios indispensables guiños al juego de mesa que el lector conocedor sabrá reconocer pero que no interfieren en absoluto en la trama de forma artificiosa. Es remarcable por ejemplo el momento en el que los primeros colonos suben a un árbol para otear el terreno y elegir el mejor emplazamiento para su poblado; una especie de colocación inicial al observar el tablero del juego de mesa al principio de cada partida como inteligente homenaje.
"(...) el sol flotaba sobre el hotrizonte occidental como una enorne moneda de oro que teñía de rojo fuego el cielo cubierto de nubes".
Los recuerdos del juego en el libro son varios y están bien integrados en la historia, ya sea la obtención de recursos como ganado, trigo o madera; el intercambio continuo entre los colonos; incipientes caminos; o hasta la existencia del desierto en la isla y la presencia del ladrón que ataca repetidamente - No vamos a decir mucho más para no desvelar el argumento de la novela, ni donde nos lleva hasta su final.
Los colonos de Catán es una muy amena novela -que no impresione el número de sus páginas- de buena ficción con ambientación histórica. Este emocionante relato de aventuras en la cultura vikinga es recomendable para todo tipo de lectores (no sólo amantes del juego de mesa), como atestigua su éxito en otros páises. Por otrto lado hay que reconocer que el experimento de escribir una hisotria inspirada en un juego de mesa es a la postre muy satisfactorio, y ello también se debe a las muchas posibilidades de la tan evocadora idea que propone el juego de Catán; una maravillosa isla por explorar y ser colonizada. Una historia que deja con ganas de más.
En su novela la escritora Rebeca Gablé idea, al fin, un significado para Catán. El autor del juego, Klaus Teuber, eligió esa palabra como título de su juego por su sonoridad y por no tener significado en ningún idioma. La escritora necesitaba integrar el nombre de la isla en su trama novelesca ambientada en la cultura vikinga, y así inventa una bonita leyenda, que supone uno de los escasos elementos culturales descritos en el libro sin base histórica real: El dios supremo Odín se enamora de la hermosa hada Tanuri, Hija de la Luz de las Estrellas. A cambio de su amor, para ella construye una isla maravillosa. Tan idílica era esa tierra, que la ausencia de cualquier mal la hizo imperfecta para Tanuri, que rechaza al dios. Odín llama a la isla Catán, la Tierra de la Luz de las Estrellas en idioma de las hadas, escondiéndola en un lugar del mar que nadie pueda encontrar.
Otros juegos de mesa de CATAN de donde obtiene inspiración la novela:
Candamir y Elasund (No publicados en España).
Dice la autora sobre esta leyenda imaginaria de la isla de Catán:
"No se basa en ninguna saga nórdica en particular, pero sí intenté capturar esa atmósfera y ambiente en su forma narrativa. También quería enfatizar lo especial que es la isla de Catán - no sólo en el libro, sino también para los millones de fans del juego de mesa en todo el mundo. Catán es un mítico y maravilloso lugar."
Catán, tierra de la luz de las estrellas.
Los colonos de Catánde Rebeca Gablé
Portada de Michael Menzel
Prefacio de Klaus Teuber, autor del juego de mesa
En plena era vikinga, al norte de Europa, el pequeño pueblo costero de Elasund es presa de los saqueadores. Sus tierras son esquilmadas, las granjas destruidas y los habitantes del lugar a duras penas lograrán sobrevivir al crudo invierno, por lo que se verán obligados a tomar una drástica decisión: abandonar la única aldea que han conocido. Candamir y Osmund, grandes amigos desde la niñez, conducen a los suyos en una azarosa travesía para encontrar una isla mítica, que se diría bendecida por los dioses: Catán.Sin conocer con exactitud su paradero,habrán de afrontar un arriesgado periplo para forjar allí una nueva sociedad. Pero si las creencias del esclavo cristiano de Candamir se propagan entre la comunidad, el conflicto con la tradición pagana estará servido y el choque entre hermanos será inexorable. Cuando ambos camaradas se sienten atraídos por Siglind, la misteriosa reina de las Islas Frías, la situación alcanzará un punto crítico.Inspirada en el célebre juego del mismo nombre –uno de los más vendidos de todos los tiempos-, Rebecca Gablé, maestra en el género de la novela histórica, brinda en Los Colonos de Catán una épca saga de aventuras, rica en detalles y vibrantes giros argumental.Una novela de ficción histórica inspirada en el celebérrimo juego de mesa que ha hecho furor en todo el mundo en los últimos años.
Rebecca Gablé es el seudónimo de Ingrid Krane-Müschen (Wickarth, Alemania, 1964). Tras terminar el bachillerato trabajó algún tiempo en la banca, para después estudiar Literatura Inglesa y Estudios Medievales en la Universidad de Dusseldorf, en la que continuó como profesora de Literatura Inglesa. Se inició en la novela policíaca para después continuar con la de ficción histórica, género en el que ha cosechado gran éxito (La isla de los malditos, El rey de la ciudad púrpura...). Ha recibido numerosos premios, entre ellos el prestigioso Walter Scot.
736 páginasRústica (12,5 x 19 cm)PVP: 15,95 €
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