Recomendar únicamente el pasado.
En Mamas & Papas de El País: Qué pueden aprender los niños con los juegos de mesa (si no lo asocian a una obligación para evitar las pantallas) (8 agosto 2023), por Carolina Pinedo.
Las entrevistadas Silvia Arcas Guijarro (psicóloga) y Montserrat Díaz (neuropsicóloga) se atreven a hablar sobre juegos de mesa con un aparente desconocimiento importante sobre la materia. Centrarse solamente en antiguos juegos clásicos es una cortedad de miras sencillamente anacrónica a día de hoy.
(...)
El ajedrez, las damas, el parchís y la oca (...) estimulan el razonamiento lógico-matemático, la atención y la memoria
(...) el Scrabble, entrenan el procesamiento verbal y lingüístico.
(...) l Cluedo, fomentan el pensamiento hipotético-deductivo (...)
Los juegos que simulan determinados entornos, como el del negocio de compra y venta, por ejemplo el Monopoly, ayudan a aprender conceptos sobre el manejo del dinero.
(...) la creatividad y la imaginación también están disponibles en algunos juegos, como por ejemplo en el Pictionary.
(...)
“De cinco a siete años todavía no comprenden las reglas de juego complejas, así que conviene optar por los más sencillos, como el parchís, la oca, Monos locos, Memory u Operación (...) Por ejemplo, de 7 a 12 años: Palabrea, Dobble, Animalea, Uno, Jenga, Scattergories o Cortex, y a partir de esa edad en adelante: Trivial, Pictionary, el ajedrez o Cluedo”.
(...)
Sería imposible encontrar un artículo con unas desfasadas recomendaciones análogas en otros campos culturales, como en literatura o en crítica de cine. Además los inconvenientes de muchos de los juegos citados no se pueden pasar por alto.
Y en el artículo no se nombra ni una persona autora de los juegos de los que se habla. Mala práctica.
¡Nos jugamos!