El pasado 21 de septiembre, fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Alzhéimer, el Alzhéimer ocupó espacio en todos los medios de comunicación.
Y en muchas informaciones, como ya sabemos, los juego de mesa fueron destacados como una herramienta útil.
Citemos el reciente artículo El misterioso papel de la actividad intelectual contra el alzhéimer de Esther Samper, en el blog La doctora Shora en el periódico El País:
En artículos muy emblemáticos como uno publicado en 2003 en el New England Journal of Medicine se puso de manifiesto este hecho de forma extraordinaria: En general, los ancianos que practicaban actividades lúdicas con ejercicios mentales poseían un riesgo sensiblemente menor de desarrollar alzhéimer. Por ejemplo: Aquellas personas que jugaban a juegos de mesa como el ajedrez tenían un 75% menos de riesgo de padecer alzhéimer u otras demencias, mientras que aquellas que tocaban un instrumento poseían un 64% menos de riesgo.
Sin embargo, no se conoce el funcionamiento de este efecto protector estadístico. Existen varias hipótesis para justificarlo pero todavía nos hace falta más conocimiento científico del cerebro y de la enfermedad de Alzhéimer.
Pese a que el papel protector de la actividad intelectual frente al alzhéimer va aclarándose cada vez más con cada nuevo estudio que aparece, resulta desconcertante que, hoy día, no sepamos a qué se debe esta protección.
Jugar es divertido y nos encanta. ¿Saludable? No lo dudamos.
¡Nos jugamos!