Una historia de Lizzie Magie.
Los problemas son irresolubles si no se tiene los datos adecuados.
En 1906, la autora de juegos Lizzie Magie protagonizó una polémica social al venderse a sí misma como esclava en la prensa: Esclava Lizzie.
Como consecuencia, a finales de ese año todavía aparecía ella en prensa con alguna frecuencia, ya fuese escribiendo sus propios artículos de tinte social o siendo entrevistada, como por ejemplo en el The Lake County Times (Hammond, Indiana, USA) del 8 de diciembre de 1906.
Reproducimos el artículo (sin firma periodística):
Un problema complicado
Miss Elizabeth Magie, la inteligente señorita de Chicago que conmovió al país al ofrecerse al mejor postor con la puja más alta, discutía sobre las trabajadoras de las grandes ciudades.
"Es una condición deplorable", dijo, "y cómo mejorarla es un gran problema".
Un problema sin respuesta. "Un problema que te deja atónito".
Sonrió.
"Me recuerda", dijo, "a una cosa... que ocurrió en un ferrocarril."
"Un joven, de viaje en cierto tren, se fijó en una pobre mujer que que se levantaba y buscaba en sus bolsillos agitadamente.
" '¿Le han robado, señora?', preguntó.
" 'Oh, no', respondió ella; 'pero es Igual de malo. He perdido mi billete y no tengo dinero. El ferrocarril está en marcha y me van a denunciar por colarme.'
" 'Bueno,' dijo el joven, 'yo tampoco tengo dinero, pero tome aquí mi billete, y le daré al revisor un problema.'
"Cuando el guardafrenos pasó, el joven, para confundirlo, siguió moviéndose por el vagón. Finalmente, sin embargo, se vio acorralado.
" 'Billetes', dijo el guardafrenos del tren.
" 'Usted tiene mi billete', dijo el joven.
" 'No lo tengo', dijo el guardafrenos.'
" 'Sí, lo tiene.'
" 'Ya lo veremos. Llamaré al revisor."
"Cuando llegó el revisor, le dijo al joven con el ceño fruncido:
" '¿Dónde está su billete?'
" 'Ya tiene mi billete', fue la respuesta. 'Mira a ver si no tiene un billete con un pequeño trozo roto en la esquina.'
" 'Pues sí, lo tiene! Jim, ahí.' dijo el revisor con reproche.
" 'Y aquí está el trozo', dijo el joven. 'A ver si encaja'.
"Encajó, y el revisor y y el guardafrenos se fueron refunfuñando y discutiendo. " 'Pensé que era un problema que no podrían responder', dijo el joven."
¡Nos jugamos!