¿Porqué jugas a juegos de mesa?

 

“Porque es divertido” sería, seguramente, la contestación que daría cualquier jugador. ¿Y qué es lo que hace divertidos a los juegos de mesa? Aquí seguramente habrá más diversidad de opiniones, aunque una en la que la mayor parte de jugones estaría de acuerdo es porque estos juegos suponen un reto para nuestra inteligencia.

 

Esto es, precisamente, lo que se han propuesto estudiar investigadores de la Universidad Jaume I de Castelló. Un grupo de psicólogos de esta universidad, en colaboración con Diego Ibáñez, diseñador de juegos y gerente de Homoludicus Castellón, y con la ayuda de DEVIR Iberia y ASMODEE España, han puesto en marcha un estudio científico en el que pretenden evaluar si la ejecución en distintos juegos de mesa requiere de diferentes aptitudes cognitivas ligadas a la inteligencia.

 

¿Qué entendemos por inteligencia? Según explica Manuel I. Ibáñez, director del estudio, la inteligencia se refiere a “la capacidad de entender ideas complejas, adaptarse satisfactoriamente al ambiente, aprender de la experiencia, realizar diversas formas de razonamiento, y superar obstáculos pensando de manera abstracta”.

 

“No obstante,” –continúa– “la inteligencia es un concepto complejo y multifacético: aunque existe un factor general de inteligencia, éste incluye también diferentes aptitudes más especificas. No es tanto que existan diferentes inteligencias, sino que existen aspectos de la inteligencia que se pueden diferenciar”.

 

“Para aclarar esta idea,” –prosigue–   “la siguiente analogía sería ilustrativa. Imaginemos que la inteligencia es una  ciudad, en la que existen diferentes fábricas: (una produce pan, otra fabrica coches, otra embotella bebidas...) y una gran central eléctrica que distribuye energía a todas ellas. Aunque las fábricas hagan cosas diferentes, dependen de la energía que se les suministre: si llega más energía producirán más, y si llega menos producirán menos. La inteligencia se estructura de forma similar: existen diferentes aptitudes cognitivas (las fábricas), pero todas ellas dependen, en parte, de un factor general de inteligencia llamado factor g (la central energética)”.

 

Mientras que existe ya una cierta tradición de estudios científicos de calidad sobre videojuegos serios (“serious games”) e inteligencia, los juegos de mesa son todavía un campo inexplorado. Por ello, este pionero estudio intenta obtener evidencia sólida respecto a que los juegos de mesa son capaces de estimular ciertas capacidades mentales y que, por tanto, pueden ser potencialmente útiles en campos aplicados como el educativo o el de la rehabilitación cognitiva.

 

 

En estos momentos, casi 60 participantes, están pasando por diferentes sesiones en las que tienen que completar tests tradicionales de capacidades cognitivas, y jugar después a juegos que, de acuerdo con las hipótesis de los investigadores, requerirían de estas aptitudes: Splendor [] y SushiGo [] para el Razonamiento fluido; Ubongo [] y De Mudanzas! [] para el Procesamiento visual; Dobble [] y Pick-a-perro [] para la Velocidad de Procesamiento; y Sequenzoos [] y 1,2,3… ahora me ves! [Perepau Llistosella] para la Memoria de trabajo. 

 

A pesar de las extenuantes condiciones experimentales a las que han sido sometidos, los voluntarios reconocen la importancia de participar en este tipo  de investigaciones: “Nosotros no jugamos, hacemos ciencia” proclama Issac, uno de los abnegados participantes. 

 

Los investigadores estiman que el estudio estará finalizado para finales de junio, y esperan poder presentar los primeros resultados en las IV Jornadas de La Asociación Iberoamericana para la Investigación de las Diferencias Individuales (AIIDI) que se celebrarán en septiembre de este año en Madrid.

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