Interpretar, adivinar y dibujar, sin importar que sepas hacerlo bien o no, es la base de la diversión del juego de mesa Graffiti de Jacques Zeimet publicado por Devir.
Dibujar o pintar son mecánicas básicas e muchos juegos de mesa. En muchos de ellos es un premio saber dibujar bien, como en Pictionary de Rob Angel, uno de los más famosos juegos de dibujar desde 1985.
En los últimos años han aparecido varios juegos en los que dibujar sigue siendo la base, pero en los que hacerlo bien o tener gran habilidad como artista no es ventaja. Buen ejemplo es Identik de William P. Jacobson & Amanda A. Kohout que publicó Asmodée, un juego ganador del As d'Or 2010 en Francia, nominado al Spiel des Jahres 2010 en Alemania o Finalista JdA 2010 en España.
Graffiti es otro juego de dibujar diferente.
Graffiti es una creación de Jacques Zeimet, autor de juegos como Bamboleo, Hamsterrolle, Hands up, o Tarantel Tango, entre otros buenos juegos, pero que con Graffiti tiene su primer juego editado en España.
Graffiti va en una línea de juegos más festivos que Devir ha explorado menos hasta ahora.
La editora original es la casa alemana HUCH & Firends y hay que decir que Devir ha mejorado significativamente el aspecto exterior del juego, con un nuevo diseño de Antonio Catalán.
Graffitide Jaques ZeimetTodos dibujan a la vez. Luego un jugador intenta adivinar de qué se trata: ¿Una mecedora? ¿o quizás jugársela a cara o cruz? ¿o un reproductor mp3?
¡Pero eso no es suficiente! Después de adivinar lo que han dibujado los demás jugadores, puede dar puntos al mejor dibujo, al más original o al más divertido. Esto es fácil, porque solo depende de su criterio. ¿Pero también será capaz de adivinar el autor de cada dibujo?
Graffiti, el juego de dibujar y adivinar, en el que todos dibujan y uno adivina.
Duración: 30 minutos
Jugadores: 3 - 8
Edad: 8+
Precio: 30 €
En la caja de Graffiti hay cartas, fichas de madera de puntuación, un reloj de arena y siete pizarras - que destacan como el componente central.
Se trata de unas pizarras en las que se escribe usando un puntero de plástico a modo de lápiz. Al apretar sobre la superficie de la pantalla (y no es necesarioo hacer fuerza), las láminas superpuestas del interior quedan en contacto en las zonas repasadas, oscureciéndose y marcándose los trazos. Para borrar lo dibujado basta con tirar de la pantalla, que sale hacia fuera con un cartón separando las láminas y borrando. Al volver a introudicr la pantalla está límpia para seguir dibujando.
Es curioso que estas pizarras, un juguete de hace décadas, sorprenden ahora a muchas personas al descubrir su funcionameinto en Graffiti. El juego podría jugarse igualmente con papel y lápiz, pero estas pizarras son todo un acierto. El juego incluye 7 pizarras, pero como cada ronda hay una persona que no pinta, pueden jugar hasta 8 personas - y muy bien.
El juego en sí consiste en tratar de adivinar un concepto que las personas en la partida dibujan en sus pizarras mientras una de ellas está ausente.
Cada ronda una persona se levanta de la mesa y se aleja, o permanece en su sitio ocultando su vista con la tapa de la caja del juego. Debe controlar el minuto escaso que marca el reloj de arena.
En ese tiempo el resto de personas deben dibujar en sus pantallas la representación de un concepto indicado por una de las cartas del juego. Cada carta tiene dos palabras: fácil para hacer un juego infantil; y difíciil, que es el juego normal. Las palabras de las cartas están adaptadas para la versión en castellano por el autor Josep M. Allué.
Con las palabras del nivel Fácil, los niñ@s pueden jugar sin problemas a Graffiti.
Cuando el tiempo marcado por el reloj de arena acaba, las pizarras se barajan y se colocan sobre la mesa. La persona en turno vuelve a la mesa y ejercerá de adivina: Mirando con atención todos los dibujos de las pizarras debe acertar cuál es el concepto representado.
Tiene 3 oportunidades, ganado dos fichas de madera (puntos) si acierta a la primera y sólo una ficha si acierta en los siguientes intentos. Si no consigue adivinar la palabra dibujada, se le debe decir cuál es.
A continuación la persona adivina debe elegir un dibujo como el mejor, con el criterio subjetivo que le parezca, para otorgarle dos puntos colocándo encima dos fichas de madera. La justificación del por qué del dibujo elegido es parte del juego: el más bonito, el más gracioso, el más clarificador...
El siguiente paso del adivinador es repartir cada pizarra a cada persona acertando quien ha realizado cada dibujo. Por cada acierto gana un punto, pero por cada dibujo mal entregado, su artista gana un punto.
En todo el proceso nadie puede decir nada de los dibujos, para no dar pistas de cuál es el creador de cada uno de ellos.
El turno de adivinar va rotando entre todas las personas de la mesay la partida puede durar un número prefijado de rondas, múltiplo del número de jugadores para que todos ejerzan de adivinos el mismo número de veces.
Cuando tienes que dibujar te interesa hacer un dibujo que pueda llamar la tención,para ganar los dos puntos al mejor dibujo de cada ronda, y a la vez dibujar disimulando tu estilo para que no te lo asignen¡ al repartir los dibujos de la ronda y así gaanr otro punto de victoria. Cuando te toca adivinar debes acertar el concepto dibujado mirando todos los dibujos y después saber repartirlos correctamente.
Es muy signifiativo lo difícil que resulta ocultar tu propio estilo de dibujo. Los trazos y las formas son una firma muy personal. Al avanzar al partida puedes ir conociendo los detalles característicos de los dibujos de cada persona y te será más fácil acertar qué dibujo es de cada quien.
Jugando a Graffiti se dan muchas situaciones divertidas, con los dibujos, con las diferentes formas de enfrentarse a los mismos conceptos o con las puede que disparatadas interpretaciones de los mismos. Que no te guste dibujar no es una excusa para divertirse con Graffiti.
Y además sirve para dejar simpáticos mensajes.
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