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La editorial de Mike Selinker es denunciada públicamente por una trabajadora por su comportamiento abusivo.

Lone Shark Games

Gabrielle Weidling ha trabajdo años en Lone Shark Games, compañía fundada por James Ernest y Mike Selinker, en principio como estudio de creación. Ernest dejó el equipo (para fundar Cheapass Games en 1996) y Lone Shark  continuó bajo dirección de Selinker.
Desde 2015 además de seguir realizando proyectos para múltiples compañías, Lone Shark también produce y publica sus propios juegos de mesa, libros, etc.
Selinker es un hombre conocido en el negocio y con cierta relevancia en el sector lúdico norteamericano. En España hay publicados varios juegos donde Mike Selinker es autor o bien proceden del trabajo de su empresa.

Mike Selinker

Gaby Weidling ha sido autora y desarrolladora del juegos, puzles y de eventos o experiencias lúdicas en Lone Shark. Ha trabajado en el juego de cartas de Pathfinder, Apocrypha  Betrayal at House on the Hill: Widow's Walk, etc, Ha creado puzles para The Maze of Games y Puzzlecraft, ha diseño una serie de escape rooms ambientadas en el mundo de Innistrad de Magic: the Gathering, el juego de cartas de Richard Garfiled. Es profesora de diseño de puzles en DigiPen. Dice que pasa su tiempo libre probando cosas nuevas, abrazando a sus gatos y, en general, intentado dar luz a su alrededor. Comentaba hace un tiempo que algún día dejaría la industria de los juegos para convertirse en detective o reiniciar la serie de televisión Matlock.

GW

Gaby  ha pasado unos años de maltrato laboral y personal en la compañía, fundamentalmente por culpa de Mike Selinker. Dejó Lone Shark una primera vez en 2016, pero regresó poco después para conseguir abandonar la empresa definitivamente en 2019. Acaba de contar su experiencia en un largo artículo: You’re No Good to Me If You’re Slowly Killing Yourself: On Mike Selinker and Lone Shark Games (12 noviembre 2021).

GW

Adaptamos las partes principales de su texto:

No eres bueno para mí si me estás matando lentamente. Sobre Mike Selinker y Lone Shark Games.

Advertencia de contenido: abuso mental y emocional, ambiente de trabajo tóxico.

Me llamo Gaby y he trabajado con Mike Selinker durante casi toda la última década en Lone Shark Games. Escribo este post para advertir a la gente que Lone Shark Games es un lugar de trabajo tóxico y que Mike Selinker es una persona que abusa mental y emocionalmente de otras personas.
Hablo ahora porque no quiero que nadie más pase por lo que yo he pasado (que me afectó tanto mental como físicamente mientras estuve empleada allí y me sigue afectando a día de hoy). Creo que este es un patrón de comportamiento que continuará, no creo que una red de rumores advierta o proteja eficazmente a los demás, y ya no tengo miedo de Mike. Creo que muchas de las acciones de Mike las lleva a cabo a sabiendas y, como mínimo, que Mike busca activamente a mujeres jóvenes que son relativamente nuevas en la industria porque (debido a los desequilibrios de poder) es menos probable que se opongan a sus ideas y comportamientos y puede manipularlas y explotarlas más fácilmente, mientras que simultáneamente él mismo señala su virtud y refuerza su imagen de cruzado progresista en la industria que contrata a mujeres. Su comportamiento se extiende a otras personas que no son mujeres jóvenes, pero es desde esa experiencia vivida que estoy escribiendo.
Hay dos Mike Selinker. Muchos de vosotros conoceréis al Mike gregario, agradable y franco. Es importante para mí, y para otras personas de su compañía, que conozcáis también al Mike abusivo, tóxico y peligrosamente temperamental que hay tras la cortina. Después de ver la continua hipocresía de sus comentarios en artículos de prensa recientes y de pintarse a sí mismo como un cruzado de la justicia social, sentí que no podía seguir callando.

Incluso si Mike no es abusivo contigo, es casi seguro que te está utilizando a ti y su relación contigo para darse coba mientras perjudica a los que considera inferiores a él. Todos tomamos decisiones sobre quién sería un buen amigo o colaborador y a quién apoyar. Pero en mi experiencia con Mike, esas elecciones las hace principalmente al servicio de fortalecer su propia imagen. Si eres una persona con la que Mike puede obtener estatus y buena posición al afirmar que es tu amigo o que ha colaborado contigo, es muy probable que haya utilizado esa conexión tuya para reforzar su propia imagen en público y/o en privado.
No digo que sólo le motive la autoprotección y el aumento de su reputación; creo que Mike sí cree en algunas de las causas y personas que apoya, pero también creo que se ha esforzado en construir un escudo de "pero ¿cómo podría ser malo Mike, es amigo de X y ha hecho tanto por <causa/caridad>?".  (...)

Empecé como becaria en Lone Shark en otoño de 2011, a pocas semanas de cumplir 21 años. Vivía en Wisconsin y asistí a la universidad allí hasta que me mudé a la zona de Seattle el verano siguiente. Estaba encantada de tener la oportunidad de trabajar en la industria de los juegos de mesa y de obtener créditos universitarios por hacerlo. Por aquel entonces, por lo que pude ver, la empresa estaba formada por tres personas: Mike, otro hombre que trabajaba como autor de juegos y que continuó con Lone Shark durante el tiempo que estuve empleada allí, y una mujer que era la socia de Mike. Tras un breve periodo de prueba, mi trabajo se formalizó y una de las condiciones de mi empleo fue dejar un trabajo que detestaba en una gasolinera porque, en palabras de Mike, "no me sirves si te estás matando lentamente". Sólo ahora me doy cuenta de que había un silencioso "a menos que sea trabajando para mí" añadido al final de sus palabras.
Lo que sigue contiene ejemplos e historias de mi tiempo en Lone Shark y de cómo Mike ha intimidado, controlado, abusado y maltratado a mí y a la gente a mi alrededor. No voy a incluir todo y estoy segura de que en los próximos días recordaré cosas que desearía haber incluido. Te pido que recuerdes que mientras lees, estas cosas que pueden parecer pequeñas como ejemplos puntuales, eran parte de un patrón más grande y estaban sucediendo todo el tiempo, en el transcurso de muchos años. A continuación hay innumerables ejemplos de este abuso y toxicidad. Pero incluso todos estos son solo una pequeña muestra.

A los pocos meses de empezar a trabajar, me encontré con una situación desagradable y estresante cuando Mike echó a su socia de la empresa. Ella y Mike habían trabajado juntos en Wizards of the Coast y después se unió a Lone Shark Games con la promesa de Mike de una participación del 49% en la empresa, algo que nunca llegó a suceder. Después de que ella se marchara, yo era la única mujer que trabajaba regularmente en el ámbito del diseño de los juegos. Más tarde me enteré de que, hacia el final de su etapa en Lone Shark, especialmente si ella se oponía a alguna de las ideas de Mike o no estaba de acuerdo con él en algo, él le decía: "Quizá necesite trabajar con alguien más joven".
(...)

GW

Gaby relata el comportamiento de Selinker, mostrando imágenes y textos de mensajes, por ejemplo con el menosprecio a un trabajador con dislexia o un empleado mexicano.

Durante una reunión de todos los empleados, Mike se quejó de que un cliente aplicara una cláusula de un contrato que descontaba parte del pago a Lone Shark por un trabajo atrasado. Una empleada expresó su opinión: "Creo que si es un contrato que hemos acordado se les debe permitir hacer eso y deberíamos tomarlo como una lección para dar al cliente el trabajo a tiempo". Mike se dirigió inmediatamente a ella y le preguntó: "¿Pensarías eso aunque le costara el puesto a alguien?". Cuando la empleada se mantuvo firme y dijo que sí, que seguiría pensando eso, Mike le dijo de forma muy directa: "Lo recordaré". Todos lo sentimos como una clara amenaza para su empleo y para todos nosotros si nos atrevíamos a hablar.
En múltiples ocasiones escuché a Mike referirse a su capacidad o deseo de destruir a alguien. Si mencionabas a alguien que decía o hacía algo que te molestaba, solía preguntar: "¿Quieres que me lo cargue?", lo que requería que lo convencieras para que no tomara represalias en tu nombre. Una vez, cuando le pedí consejo para poder acabar la conversación con una persona intolerante en Internet, me dijo: "Simplemente destruyo a quien sea, para que no vuelva a decir tonterías en mi presencia".

Si tenemos en cuenta los contactos que tiene Mike (amigos famosos, organizadores de convenciones, directores de estudios, editores, locales... prácticamente todo lo que rodea a la industria de los juegos y los puzles), nos damos cuenta de que si quiere influir en las convenciones a las que tú puedes asistir o en las que puedes hablar, en los editores que te aceptarán o que incluso escucharán tu propuesta de juego, y en el tipo de empleo u oportunidades de trabajo que tendrás en el futuro; él tiene los amigos y los contactos necesarios para salirse con la suya. Se esforzó por asegurarse de que yo (y otros empleados) nunca olvidáramos eso.
Cuando dejé la empresa, estaba nerviosa por cómo reaccionaría Mike y si eso afectaría a mis futuras perspectivas profesionales. Creo que esos temores estaban justificados, aunque no sé si Mike actuó alguna vez de ese modo conmigo. Un "conozco a mucha gente en [la industria" implícito o incluso claramente expresado,  o "sería una pena que tu nuevo trabajo fuera más duro" (...)
Cuando el empleo de la gente terminaba, se les pedía que trabajaran en cosas (sin pagar, obviamente) después de su fecha de finalización con la fuerte implicación de que se lo debían a Mike y a la empresa. También se utilizaba su nombre después de dejar la empresa en los créditos o en las redes sociales sin que se les preguntara si eso estaba bien o incluso sin que se les informara de ello.
(...)
Las mujeres de la empresa servían habitualmente para "ser una mujer que dijo que X no era ofensivo" o "ser una mujer que leyó la opinión de Mike antes de publicarla en las redes sociales, por lo que eso cuenta como un respaldo de las mujeres". Esto no se limitaba a posts de la empresa o sobre temas de trabajo. Eran posts que Mike hacía en su cuenta personal sobre todo: la industria, la política, el entretenimiento, etc. Si ofrecíamos algún comentario (...) teníamos que lidiar con las consecuencias de sus sentimientos heridos (...).
Repite este patrón para cualquier número de cuestiones y temas hasta la saciedad. Si eras la única persona en la empresa, de repente te convertías en el portavoz de todas las personas con las que compartías una característica: género, raza, etnia, religión, sexualidad, etc.
(...)

Según Gaby, su jefe usaba la diversidad en su empresa como publicidad.

Cuando Mike y yo debíamos volar a DC para una reunión de presentación con un posible cliente importante, me encontré con la dificultad de compatibilizarlo con mi horario de clases [en la universidad].  Le dije que no podía ir y que yo llamaría por teléfono o haría una videollamada si hacía falta, y al tratar de convencerme de que ignorara mis otras responsabilidades me dijo: "Es importante que vean que no todos en la empresa somos personas que se parecen a mí". No podía creer que me pidiera que ignorara mi trabajo como profesora (...) y que estuviera en la reunión para poder marcar una casilla invisible de diversidad de "mujer joven con pelo azul y pelo corto" ante el cliente.
Nunca me declaré públicamente como bisexual hasta que terminé de trabajar en Lone Shark porque no quería que esa parte de mi identidad se utilizara como algo más para reforzar a Mike y/o la reputación de la empresa con alguna versión adicional de un "¡Vean, miren aquí lo diversos que somos!".

Cuando un conflicto laboral se destapó en la empresa Cards Against Humanity (Hablamos de ello en Cartas contra si mismas (verano 2020)), Mike Selinker no quiso saber demasiado.

Yo ya no era empleada de Lone Shark cuando se conoció la noticia sobre Max Temkin/Cards Against Humanity y tanto yo como otra mujer que no era empleada fija, instamos a Mike a hacer una declaración después de que pasara varios días en silencio. Sabíamos que la estrecha colaboración y relación de Mike y Lone Shark con Max y CAH contribuía a perpetuar los abusos que allí se producían y todos habíamos sido testigos. Cuando preguntamos si Mike iba a hacer una declaración, inmediatamente esperó que guiáramos el contenido de su declaración. (...) Esta fue una de las muchas situaciones de este tipo relacionadas con uno de los amigos de Mike a lo largo de los años.

Al fin Gaby comenzó a ser consciente de los problemas que la situación le estaban provocando:

En 2016, justo una semana antes de la Gen Con, mientras estaba en una cafetería, empecé a tener síntomas físicos que solo había experimentado una vez, justo antes de desmayarme en mi dormitorio durante la universidad.
Pude llegar a un centro de atención urgente cercano, donde me revisaron y me enviaron a casa con un diagnóstico que equivalía a un agotamiento extremo y me dijeron que descansara. Después de meses de trabajo continuo y en el período previo a una de las mayores convenciones del año, había trabajado hasta el punto de que mi cuerpo me fallaba porque parecía que no había otra forma de hacer todo el trabajo. A pesar de enviar mensajes diciendo que estaba en la sala de urgencias, recibí mensajes y llamadas del trabajo y me sentí presionada para asistir a una reunión en persona en Seattle esa misma tarde, lo que de alguna manera hice gracias a la adrenalina y la cafeína.
Luego me dijo que lo más importante era que me mejorara, con un tácito "para que puedas trabajar en la Gen Con". Durante los días siguientes, estuve demasiado débil para salir de la cama. Dormía unas 20 horas al día. Decidí que todavía estaba dispuesta a ir a la Gen Con porque ocupa un lugar especial en mi corazón y porque no quería defraudar a mis compañeros de trabajo y poner aún más trabajo sobre sus (muy sobrecargados) hombros. También tenía miedo de las consecuencias si me hubiera retirado en el último momento. Dejé Lone Shark por primera vez un par de meses después de esto.

Hubo muchas ocasiones en las que los cheques de la paga en Lone Shark se retrasaban. A veces era una situación puntual y a veces había un ciclo en el que varios cheques seguidos se retrasaban. Nos decían "si necesitas dinero ahora, haremos lo que podamos para ayudarte hasta que se depositen los cheques", lo que requería revelar una necesidad financiera que no es asunto del empleador, sin importar que pudiera ser incómodo para la gente hacerlo. Si te daban un cheque parcial un día, dependiendo de tu banco en particular, parte o todo ese dinero tardaría en estar disponible (si es que te daba tiempo a llegar al banco antes del cierre). También he oído más de una historia sobre trabajos contratados que nunca se han pagado o que se han hecho con retraso. Preguntar sobre los retrasos en los pagos o sobre cuándo se puede esperar que se produzcan se solía recibir con hostilidad.

Durante mucho tiempo, a los empleados de Lone Shark se les prohibió hacer publicaciones que denunciaran el acoso u otras cosas malas que ocurrían en el sector.
Por la misma razón, también se nos prohibía hablar en apoyo de personas que conocíamos o admirábamos y que eran objeto de acoso y otros abusos. Muchos de nosotros nos sentimos frustrados por esta política. Nos dolía no poder apoyar a otras personas cuando estaban pasando por algo.
Denunciar algo que Mike no aprobaba ponía en peligro tu trabajo. Por supuesto, Mike era libre de publicar lo que quisiera cuando quisiera. Sólo él controlaba el poder de decisión sobre qué publicaciones controvertidas en redes sociales se permitían. Con el tiempo esa política cambió, pero no estábamos seguros de cuánta libertad teníamos realmente para publicar lo que queríamos.
Aunque se afirmaba que la empresa y Mike querían adoptar un papel más activo a la hora de hablar en apoyo de los perjudicados en la industria y de denunciar a los malos actores, las mujeres de la empresa a menudo tenían que instar a Mike a publicar al respecto. Esas mismas personas eran las que se encargaban de revisar el borrador de Mike y tenían que gestionar sus sentimientos cuando inevitablemente se ofendía por alguno de sus comentarios.

Una mujer de la empresa citó en su cuenta personal microagresiones sexistas evidentes en el trato que recibió de un empleado en una convención de juegos y estuvo a punto de ser despedida por ello. En esta convención en particular, los autores de juegos recibían una insignia con la leyenda DESIGNER (AUTOR) para probar su juego en un área designada. Ella contó (sin nombrar al empleado) que cuando pidió una insignia de autora, como la que se le dio a su compañero de trabajo que estaba a su lado (...), el empleado trató de acreditarla pero le ofreció una insignia diferente porque no creía que estuviera cualificada como autora de juegos. Cuando uno de los organizadores de la convención se enteró de lo ocurrido, la cosa dio un giro. En privado, Mike reprendió a la mujer por contarlo y todos tratamos de hacer un control de daños con él para proteger su empleo. En público sin embargo dejó los siguientes comentarios [de apoyo]:

GW
Gracias por ser una auténtica autora de juegos para mi compañía.

Incluso aunque esta historia no se hubiera contado en las Pax, algo ha ido terriblemente mal.

(...)
Minimizar el papel o la experiencia de alguien, especialmente delante de los clientes, era algo habitual. Que te llamen "coordinador" en lugar de "productor", o que te llamen "asistente de Mike", o alguna otra forma reducida de tu título de trabajo, era habitual.
De hecho, durante mucho tiempo nadie más que Mike tenía un título en Lone Shark. En parte, esto se debía a que todo el mundo realizábamos distintas tareas y LSG tenía una jerarquía plana (excepto Mike). Después de años convenciendo a Mike de que nos diera a mí y a otras personas títulos de trabajo que describieran nuestras funciones en la empresa, me consideraron irrespetuosamente y de forma irónica "ninja de los puzles", a pesar de que también me dedicaba al diseño de juegos de mesa y eventos. Algún tiempo después, todos fuimos retitulados como "desarrolladores", aunque ese título no era especialmente preciso. Resulta que buscar empleo en otro lugar también es más difícil si no tienes un título (o uno que suene de verdad).
Mike también parece tener un sentido de propiedad sobre los empleados. Se pueden ver múltiples publicaciones en las redes sociales (y si fueras una mosca en la pared podrías haberlo oído en las reuniones con los clientes) en las que Mike se refería a mí y a otros como "mi desarrollador" o "mi asistente", lo que siempre me ponía la piel de gallina y le situaba a él de hecho por encima de todos los demás, incluso si no era el líder de un proyecto.
(...)
En un comentario sobre una foto de su perro con una colorida cresta, Mike escribió una vez: "Para ser justos, esta combinación de colores de pelo hace que ahora esté capacitado para que sea una diseñadora de juegos en Lone Shark", lo que fue borrado después de que alguien comentara que se sentía menospreciada (...). Como es habitual, él respondió con un "eso no es lo que quería decir", pero tiendo a pensar que Mike sabe exactamente lo que está diciendo debido a su formación periodística y a los años que lleva trabajando en juegos y puzles basados en palabras.
(...)
Llamar la atención sobre algo así de forma pública o semipública era casi impensable. Mike tiene temperamento, y lo desatará sobre alguien que perciba como una amenaza. Cualquier cosa que amenazara su barniz de campeón de las mujeres y del progresismo era insostenible para él. Cualquier cosa que amenazara la percepción de que él era la estrella brillante de Lone Shark le causaba frustración y arremetía contra lo que fuese. Siempre necesitaba centrarse en sí mismo y en sus logros.
Una llamada de atención o un desacuerdo con Mike solía provocar el envío o la recepción de un mensaje de aviso entre los compañeros de trabajo para que supieran que podía estar enfadado o al límite. A veces se sabía que cuando alguien iba a trabajar con Mike de forma individual, para no convertir la situación en algo más estresante, evitaba dar una opinión o estar en desacuerdo.
(...)
En los meses anteriores a mi partida en 2019, si le daba a Mike una tarea para hacer para los aspectos del proyecto que yo dirigía, él ignoraba lo que le pedía y sólo hacía lo que quería. Cuando el cliente o yo le dábamos retroalimentación o hacíamos ajustes, él se oponía, lo cambiaba de nuevo, se enfadaba, se negaba a ajustar el trabajo y hablaba mal del cliente en la oficina. A veces, las cinco cosas a la vez. Esto no era exclusivo de este cliente o de este proyecto en particular, pero era muy evidente para mí, el cliente y al menos otro compañero de trabajo lo que estaba sucediendo.
Yo ya estaba sobrecargada de trabajo y estresada, y le dije con franqueza a nuestro presidente que estaba teniendo problemas. En este tiempo, no recibí apoyo, ni vi que el comportamiento de Mike cambiara (en todo caso, empeoró) y fui reprendida al menos una vez por entregar el trabajo el día que debía en lugar de entregarlo antes y por "no tener en cuenta la salud mental de Mike". Ni una sola vez sentí que se tuviera en cuenta mi salud mental o emocional. Al final de mi estancia en Lone Shark, tenía ataques de pánico diarios, mis relaciones personales se habían resentido y me resultaba casi imposible funcionar con Mike. Todavía estoy trabajando en reparar estas cosas, casi dos años después.

Durante años me esforcé por ocultar muchas de mis verdaderas emociones y opiniones (tanto sobre cosas laborales como no laborales) porque podrían ser utilizadas en mi contra. Tenía la sensación de que el hecho de que Mike supiera cualquier cosa real sobre mí le daba más información sobre cómo manipularme y explotarme, o como si pudiera utilizarse para reforzar la reputación de Mike o de la empresa. Alguien que conoce a Mike desde hace décadas me dijo una vez: "Mike es la persona más hábil en la guerra psicológica que he conocido".
Más allá de los comentarios que erosionaron mi autoestima a lo largo de los años y del constante posicionamiento de Mike como mártir y caballero blanco, daba la sensación de que Mike necesitaba tener tu atención cuando la quería y que ignoraba los límites para conseguirlo. Recibía llamadas y mensajes de trabajo a última hora y se ponía en contacto conmigo cuando estaba fuera de la oficina por enfermedad o vacaciones. Si no respondía, recibía más hasta que lo reconocía.
Una vez que dejé la empresa, me seguían pidiendo opiniones y comentarios sobre el trabajo y que hiciera labores emocionales (puedes ayudarme con esta persona difícil, puedes hacerme sentir mejor por el hecho de que otro de mis amigos haya salido a la luz como abusivo, etc.).
Me etiquetarían en una publicación en las redes sociales (sin que se lo pidiera), a menudo haciendo un elogio desproporcionado de mí (eres una heroína, etc.) y si no respondía a eso de alguna manera para validar lo que decía, recibiría un texto a los pocos días. Este patrón se ha repetido varias veces desde que me enfrenté a Mike por sus acciones abusivas hace unos 18 meses.
Parte de esta guerra psicológica consistía en saber felicitar a alguien o darle las gracias cuando estaba en su punto de ruptura. Me han dado regalos (un libro divertido, un hombre de tubo inflable para mi escritorio, etc.) que a menudo se sentían como compensaciones por haber sido tratada mal en lugar de una disculpa y un cambio de comportamiento.

Una parte inesperada del trabajo en Lone Shark fue llevar en coche a Mike, ya que él no conduce. Yo era la que vivía más cerca de Mike y esperaba que lo llevara desde Renton hasta la oficina de Redmond o a cualquier lugar de la zona de Seattle donde se celebrara una reunión con un cliente.
Me di cuenta de que llegar a casa de Mike a la hora acordada significaba que a menudo no estaba preparado, así que empecé a avisarle por SMS de que estaba de camino. Aun así, normalmente acababa esperando 15 minutos, a menudo más. A veces me dejaba entrar en la casa y yo esperaba incómodamente en el salón mientras él atendía una llamada, se iba a duchar o a prepararse, a comer o a pasear al perro. Esta completa falta de respeto por mi tiempo era la parte menos mala de conducir a Mike.
Durante los más de 45 minutos de viaje a Redmond, Mike solía estar trabajando en algo en su portátil o atendiendo llamadas. A veces, quería que yo diera mi opinión y mis comentarios o que se me ocurrieran ideas mientras conducía. A veces esas llamadas hacían que Mike se enfadara mucho y gritara a quienquiera que estuviera al teléfono o que se desahogara conmigo después de que colgaran. Durante sus llamadas, me enteraba de cosas que otros empleados no sabían y, sinceramente, de cosas que yo no debería haber sabido. Si llegábamos tarde a algo, aunque fuera por culpa de Mike, me presionaba mucho para que intentara recuperar ese tiempo mientras conducía, a veces de forma insegura.
En esos trayectos, sobre todo de vuelta a casa, solía hablar mal de otros empleados y de su trabajo, o cotillear sobre ellos. A veces había una invitación implícita a unirme a las habladurías sobre mis compañeros de trabajo y otras veces me preguntaba cómo tratar con ellos. Me encontraba en una posición imposible en la que sentía que no podía defender adecuadamente a nadie sin ser el nuevo objeto de la ira de Mike, aunque hacía todo lo posible por calmarle y redirigir su ira, porque unirme a ella me parecía asqueroso.
Esto afectaba a mi capacidad de hacer mi trabajo porque sabía que no podía permitirme enfadar a Mike en la oficina porque me quedaría atrapada en un coche con él de camino a casa. Ninguna de estas horas se consideraba como horas de trabajo y nunca se me compensaba por el combustible o el desgaste de mi vehículo. Con el tiempo, empecé a salir mucho antes por la mañana o a poner excusas sobre por qué no podía llevarle y su hermana empezó a llevarle más veces. Nunca sentí que hubiera espacio para decir que no.

Y, por supuesto, durante todos estos años, se produjeron las habituales insinuaciones sobre la capacidad o incapacidad de alguien para hacer su trabajo, gritos, salidas airadas de una habitación, enfrentamientos entre personas, una tensa microgestión, rencores y el ignorar una opinión si alguien no estaba de acuerdo con él.
No puedo enfatizar lo suficiente lo común que eran estos comportamientos y cómo muchos de ellos se centraban en que Mike se saliera con la suya o en hacer caer a otra persona.
En múltiples ocasiones, menospreciaba directa o indirectamente los objetivos personales de sus empleados diciéndoles que era imposible conseguirlos, que no podían hacerlo o que necesitarían su ayuda. Cuando le hablé de un proyecto personal en el que estaba trabajando, me dijo: "Deberías ver si <persona> te paga en <producto alimenticio> porque probablemente le sacarás más provecho de esa manera", sólo para asegurarse de que yo supiera que él pensaba que mi idea no sería rentable. No importaba que a la vez diera a entender que la persona que me estaba ayudando con el proyecto estaba de alguna manera a cargo y me pagaría.

Este comportamiento también afectó a la forma en que todos los demás trabajaban y se trataban dentro de la empresa. Algunos aspectos del mal comportamiento constante de Mike se filtraron a otras partes de la oficina y a la forma en que todos interactuábamos o nos tratábamos. Era raro, pero otras personas tenían ahora un permiso tácito para reñir a alguien, salir furiosos de una habitación y, en general, ser menos amables con los demás de lo que habríamos sido en otras circunstancias.
La política de no poder criticar nada del sector públicamente no impidió a Mike hablar mal de otras empresas, personas y clientes en privado. Cuando le mencioné que estaba solicitando un puesto de trabajo en Pokémon, Mike dijo: "No quiero sonar negativo, pero todos los que conozco que trabajan allí parecen infelices", algo que se parecía mucho a lo que dijo cuando solicité un puesto en Wizards of the Coast años antes. Los clientes que pedían revisiones eran considerados demasiado exigentes o poco razonables, las otras empresas no tenían tanto talento como nosotros, etc. Dijo que no volvería a trabajar con gente para luego hablar públicamente de su amistad cuando le convenía.

GW

A menudo, Mike se alejaba por una llamada telefónica o para hablar con alguien y dejaba su bolso, su portátil, su material de trabajo, etc. sin vigilancia en un lugar público o semipúblico al azar. Esto significaba que yo, u otras personas, acabábamos cuidando sus cosas o llevándolas. Técnicamente, no tenía que hacerlo, pero quería evitar el viaje de vuelta al lugar para recuperarlo si se olvidaba algo o la crisis que se produciría si se perdía. Ocuparme de estas cosas significaba protegerme de la rabia posterior.
Llevaba a su perro a la oficina (¡sorpresa, eso significaba que también viajaba en su coche sin sujeción, estuviera yo cómoda con ello o no!) y de vez en cuando Mike iba a una habitación diferente a la del perro para una llamada telefónica o una reunión. Su perro a menudo se agitaba y lloraba o intentaba seguirlo si Mike salía de la habitación, por lo que había que consolar al perro mientras Mike hacía quién sabe qué durante quién sabe cuánto tiempo. Era una distracción y un estrés para algunos de nosotros, pero era lo que esperaba de ti.
Me he disculpado en nombre de Mike (y en el mío, porque estaba allí) por cualquier cosa, desde hacer una videoconferencia con un cliente en medio de una cafetería y molestar a la gente, hasta intentar compensar el hecho de que tuviera una gigantesca y grosera crisis en algún restaurante de O'Hare porque el wifi del aeropuerto no funcionaba en su portátil.
Mike dejaba desordenada la oficina (pero no temía reñirte o tratarte de forma pasivamente agresiva por hacer lo mismo) y a menudo dejaba los platos en los restaurantes y cafés donde se esperaba que los clientes se ocuparan de sus propias mesas. Los dejaba para que el personal (...) se ocupara de ellos por él.

Cuando Mike renunció a la presidencia de la compañía en 2019 pensé que nuestro nuevo presidente sería finalmente alguien que podría ayudar a resolver estos problemas y proteger a los empleados. Por lo menos, estaba encantada de que hubiera alguien con quien compartir las preocupaciones. Hasta ese momento, dependía de todos nosotros averiguar cómo manejar los asuntos relacionados con Mike, así como cualquier conflicto interno que tuviéramos entre nosotros (a menudo provocado por el trato con Mike). Cuando era presidente, no podías plantearle un problema a Mike y esperar que lo resolviera de forma profesional y sin ramificaciones en tu experiencia laboral diaria y potencialmente en futuros proyectos.
En uno de sus posts sobre el nuevo presidente de la compañía, decía "No soy un empático y todo el mundo lo sabe". Ha utilizado esta frase y variaciones de la misma en numerosas ocasiones para excusar sus respuestas, a menudo crueles, a problemas reales. Le he oído expresar su desprecio por este tipo de trabajo y parecía enorgullecerse de forma casi extraña de no lidiar con el "drama laboral". No recuerdo sus palabras exactas, pero sé que ha dicho cosas como que se alegraba de poder dedicar tiempo a las cosas importantes y de no tener que perder el tiempo haciendo de niñera o, quizá lo más irónico, gestionando egos.

No tuve el valor ni la confianza para dejar Lone Shark por mi propio bienestar hasta que unos clientes me llevaron aparte y me preguntaron si estaba bien y si me daba cuenta de cómo me trataba Mike.
Un hombre y una mujer del equipo de clientes de un proyecto abordaron esta conversación preguntándome: "Sabes que el modo en que trata a las mujeres no está bien, ¿verdad?". Citaron el modo en que Mike me trataba durante las interacciones con ellos, cómo se refería a otras mujeres y cómo se trataba a las mujeres del equipo del cliente. La mujer que me lo contó dijo que a ella y a su equipo les molestaba lo suficiente como para dejar de trabajar en el proyecto hasta que yo estuviera en el lugar sin Mike para dirigir su evento.
Después de eso, recordé mis interacciones con Mike y vi repetidamente cómo las personas que se llevaban la peor parte del comportamiento abusivo de Mike eran las mujeres. Vi cómo, cuando echó a su sociac omercial poco después de que yo empezara en Lone Shark, me convertí en la única mujer que trabajaba regularmente en el equipo de diseño. Cómo cuando tuvimos una mujer como directora general, algunas de sus acciones se dirigieron ahora a ella y yo tuve un poco de espacio para respirar. Cómo algo de eso se trasladó a una mujer joven diferente que se convirtió en su saco de boxeo emocional en la oficina (especialmente después de que me fui en 2016). Finalmente, volví a asumir el papel de desahogo emocional de Mike cuando volví a Lone Shark.

Intenté hablar con Mike sobre esto antes y me topé de bruces con un "lo siento si..." junto con una explicación de que, aunque las mujeres han abandonado la empresa, también lo han hecho los hombres. Contratar a muchas mujeres y, según sus palabras, "animarlas a estar en puestos de alto nivel" (aunque nunca vi esto reflejado en Lone Shark, ya que el trato que dio a la mujer que fue directora general durante un tiempo fue atroz) significaba que no podía tener un problema aquí, y si lo había, que se debía a un sesgo inconsciente.
He estado tan jodida por todo esto que dudé de mí misma y de mis propias experiencias, así que en ese momento dejé pasar esa no-disculpa y esperé verle comportarse y ser mejor. Pero en los meses transcurridos no vi grandes signos de cambio. Incluso la búsqueda de pequeños signos de cambio, como que por fin haya interiorizado lo de "preguntar antes de etiquetar a alguien (especialmente si está marginado de alguna manera) en las redes sociales", que le han reiterado muchas personas a lo largo de varios años, me ha decepcionado.
Espero que esta vez escuche sus propias palabras, compartidas aquí de un artículo que escribió hace casi un año y medio: "No he sido un gran jefe o compañero para todos los que han trabajado conmigo. Debería esperar que me llamen la atención por ello, y espero que lo haga después de esto. Si eso ocurre, no debo limitarme a esperar que desaparezca. Tengo que dar la cara y admitir mi parte en la creación de la cultura negativa en la que trabaja la gente. Creo que eso es algo que todos los hombres blancos en el negocio del juego deberíamos considerar".

Entonces... ¿ahora qué?
1. Por favor, siéntete libre de compartir este artículo. No quiero que nadie acabe donde estoy yo porque no sabía en qué se estaba metiendo. Y para cualquiera que pueda haber sido impactado negativamente por Mike, por favor que sepa que no está solo (...).
2. Considera cuidadosamente tu relación personal y profesional con Mike de ahora en adelante. ¿Qué le dice a los que le rodean, especialmente a los que se encuentran en entornos abusivos y tóxicos, si sigue compartiendo sus publicaciones, dejando pasar su comportamiento cuestionable, trabajando con él? ¿Mantenerlo como amigo o contacto es darle un pase y avalar tácitamente sus acciones? Cómo reaccionarías ante esta noticia si no se tratara de alguien tan conocido como él?
3. Considera tus propias acciones. Todos hemos hecho cosas que apestan o perjudican a otra persona, incluso sin querer, pero la intención no importa cuando se ha causado un daño. Intenta no repetir esos errores, cuando te des cuenta de que has causado daño, detén el comportamiento y pide disculpas. Al examinar tus propias acciones pasadas y actuales, si percibes un patrón tóxico o abusivo en tu comportamiento, busca ayuda para cambiar y detener ese patrón. Creo que hay espacio para la redención si ves este patrón de comportamiento en ti mismo, pero una simple disculpa no lo hace. Hace falta trabajar en ti mismo y en tus relaciones y dar a los que has dañado espacio para sanar. Se necesita tiempo para establecer un nuevo patrón de comportamiento no abusivo.
4. Bajo ninguna circunstancia debes desquitar cualquier sentimiento que tengas sobre mí, Mike o sobre este artículo, en los empleados o colaboradores actuales o pasados de Lone Shark. Si me apoyas pero acosas a personas que quizá no estén en una situación en la que sientan que pueden publicar o compartir con seguridad, en realidad no me estás apoyando a mí ni a nadie. No puedes conocer su situación. Te estás convirtiendo en parte de un nuevo problema. Déjalos. A ellos. Solos.

En cuanto a mí, voy a dar un paso atrás en la industria; de hecho, ya lo he hecho. Desde que dejé Lone Shark, hace casi dos años, cuando me siento a hacer un trabajo creativo, todavía oigo los ecos de los comentarios desmoralizadores y mordaces de Mike, y me requiere una enorme cantidad de energía el intentar superarlos. Si estoy colaborando con alguien en un proyecto, ciertas frases y acciones pueden desencadenar una enorme ansiedad o incluso un ataque de pánico porque me recuerdan a Mike y a Lone Shark Games. He perdido la confianza en mí misma, en mis habilidades y en aquellos con los que intento trabajar. Espero que en un futuro no muy lejano vuelva a sentirme capaz de hacer juegos y puzles pero, por ahora, la mejor manera de curarme es apartarme y considerar todos los demás caminos que podría tomar en el futuro. Muchas gracias por leer esto.

GW


 

W. Eric Martin, de Boardgamegeek News, ha mostrado su apoyo a Gaby:

Este comportamiento de Mike Selinker es un desastre e inaceptable.
Gracias por escribir sobre esto públicamente, Gaby, y siento que hayas tenido que vivir esta experiencia durante años. Espero que encuentres un entorno mucho mejor y más tranquilo en los próximos años.

Y en palabras del autor Eric M. Lang:

Entiendo por qué poca gente está compartiendo esto, y no llego a alcanzar comprender el valor que debe haber tenido Gaby para escribirlo.
Debemos responder de nuestro comportamiento como profesionales del sector en posiciones de poder e influencia; no importa quiénes seamos, ni lo bien conectados que estemos.
El abuso es abuso, y si lo toleramos selectivamente en nuestros compañeros, lo toleraremos de cualquiera. Tenemos principios o no los tenemos. Tenemos normas, o no las tenemos.
Por favor, lean el artículo de Gaby. Tiene mi apoyo inequívoco.
 
GW
 
 
Los problemas laborales y de abuso de autoridad, más aún contra mujeres, se dan en cualquier tipo de empresa. Conforme la industria de los juegos va creciendo, más y más tipos diferentes de gente van entrando en el negocio. Los valores de la cultura de los juegos, de amistad y de compartir experiencias en compañía, también deberían extenderse siempre a su proceso empresarial de producción.
 

 

¡Nos jugamos!

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