El estudioso lúdico David Parlett escribe sobre la autora.
A principios de siglo XXI la verdadera historia del Monopoly ya se había descubierto, pero estaba lejos de haberse extendido. Hasbro mantenía el cuento de que Charles B. Darrow era el inventor, con artículos en su web y notas publicitarias. Esa misma historia del sueño americano se repetía en libros de todo tipo, en prácticamente todas las fuentes de Internet y también sitios especializados en juegos de mesa.
Había que escarbar para llegar al nombre de Lizzie Magie -y si nos ceñimos a información en castellano, era nula.
Creemos que nuestro articulo sobre el descubrimiento de Ralph Anspach, el detective del Monopoly, fue un importante hito para dar a conocer la historia en castellano globalmente. Entonces llegamos a ponernos en contacto con Ralph para tener más detalles de un relato tan poco conocido hace ya más de una década.
Hoy en día Lizzie Magie está reconocida como autora, existen libros que recogen la historia de Anspach y artículos en prensa que reivindican la verdadera autoría del juego -Darrow ha pasado a ser conocido como un aprovechado con suerte. Hasbro ha retirado su nombre a todos los efectos, aunque ha seguido celebrando aniversarios del Monopoly respecto la fecha de publicación por parte de Parker (absorbida por Hasbro).
David Parlett, autor de juegos (La liebre y la tortuga, etc,) y estudioso de la historia lúdica, ha escrito un completo artículo sobre su figura.
En Board Game Studies Journal: Lizzie Magie: America's First Lady of Games (GGJ 13 (1): 99–109 - 2019-10-01).
En la primera edición de su clásico libro History of boardgames (1999 y revisado en 2018), el estudioso David Parlett referencia a Lizzie Magie, pero todavía sin todo el crédito merecido. Su trabajo actual recompone todo el mérito para ella, y para Ralph Anspach.
(...) Anspach acabó ganando el pleito después de diez años, durante los cuales descubrió prácticamente todo lo que había que saber sobre la historia de The Landlord's Game y las contribuciones comunales cuáqueras a su evolución hasta el Monopoly. Si Lizzie es la heroína de esta historia, Anspach es el héroe (...)
¡Nos jugamos!