Los hombres-lobo, Mafia, The thing, o El pueblo duerme, son distintos nombres de un juego social cuyo origen se atribuye al esquivo Dimitry Dimma Davidoff en 1986 en el Departamento de Psicología de la Universidad de Moscú. El juego se pupolarizó en el ambiente universitario de Moscú, para después extenderse en otras universidades de Rusia y del mundo a finales del siglo XX. Del mundo universitario el juego se hizo popular en convenciones y ambientes lúdicos.
Anteriormente podían existir juegos con bandos e identidades secretas, pero este juego supuso un gran paso adelante en la historia lúdica.
Existen muchas versiones comerciales de este juego de mesa publicadas en todo el mundo, con diversos autores que han añadido variantes al juego original.
En España se han publicado comercialmente dos de ellas, con expansiones y continuaciones:



Los hombres-lobo de Castronegro, Luna nueva, La Aldea,
por Philippe de Pallières & Hervé Marly (Asmodée Ibérica)


Lupus in Tabula y Lupusburg, por Domenico Di Giorgio (Edge)
La revista de información Rossíyskaya Gazeta publica sus contenidos on-line en varios idiomas, incluyendo el castellano con el nombre de Rusia Hoy. Así podemos leer el artículo sobre el juego de mesa:
Mafia, un popular juego de rol ruso
27 de diciembre de 2012¿Qué puede hacer en Moscú un viernes por la noche una persona que se ha cansado de las discotecas y restaurantes? A vuestro servicio el juego intelectual “Mafia”, creado hace 26 años por un estudiante de psicología. Actualmente en la capital rusa hay una red de clubes especiales en los que el popular juego de mesa es un negocio polifacético y con buenas perspectivas.
Un partida de rol reúne a gente de los más diversa para conocerse e incluso hacer negocios. Fuente: ITAR-TASS
El “Hombre lobo” y el “Asesino” son los antepasados del juego “Mafia”, conocidos en Europa desde mediados del siglo XX. En 1986 el estudiante de la facultad de psicología Dmitri Davidov le dio el aspecto actual de juego de rol. Al principio “Mafia” empezó a ser muy popular en las universidades de la Unión Soviética y más adelante, gracias a los estudiantes extranjeros que estudiaban en el país, se divulgó por todo el mundo. Desde entonces han aparecido multitud de versiones. La más popular es la siguiente:
El narrador que dirige el juego reparte las cartas a los jugadores (8-16 personas). Dos o tres serán los mafiosos, uno el policía, y el resto los habitantes del pueblo. El narrador anuncia la llegada de la noche, la ciudad se duerme. La mafia se despierta, se conocen entre ellos y “mata” un habitante del pueblo. Todavía de noche el policía, con la ayuda del narrador, comprueba la implicación de uno de los jugadores en la mafia. “Por la mañana” todos se han despertado y discuten quién puede ser el asesino y tras la votación ponen a la cárcel al jugador que ha negado ser el asesino de forma menos convincente. Se alternan los días y las noches hasta que la mafia asesina una parte de los habitantes del pueblo o hasta que los bandidos terminan en la cárcel. Cada partida dura cerca de media hora.
Una estrategia más allá del juego
Para la mayoría de gente el juego es una forma de pasar alegremente una tarde en compañía pero ya aparecieron empresarios que vieron en el juego un negocio prometedor. Hay muchas formas de rentabilizar económicamente este tipo de ocio: existen corporaciones, clubes infantiles, juegos de club e incluso team-buildings y entrenamientos psicológicos basados en “Mafia”. Este juego de mesa puede convertirse en un buen instrumento de entrenamiento en manos de un especialista en recursos humanos y también en un método para verificar los socios de negocios o para elegir al compañero de vida ideal, considera la psicóloga clínica Lika Mikeladze.
Esta psicóloga explica que las grandes empresas a menudo organizan “Mafia” en un contexto informal, cuando todos los participantes están relajados y se toman el juego como una forma entretenida de ocio. “Pero si se observa bien te puedes enterar de cosas muy interesantes sobre tus compañeros: fijándote en los gestos no verbales, que la gente también exterioriza durante las negociaciones, por ejemplo, aprender a ver si mienten o no, qué y cómo intentan ocultar algo”, señala Mikeladze. En el mercado una sesión así de una media hora sale a una media de 32,5$ por persona y alrededor de la mesa, como regla general, hay 10 personas.
Reclutar a través de un juego de rol
Los especialistas en recursos humanos también pueden obtener información fijándose en el comportamiento del potencial trabajador durante el juego: si puede demostrar sus capacidades de liderazgo o no y si sabe desenvolverse en una situación difícil.
Los políticos también utilizan “Mafia” como un excelente entrenamiento ya que durante el juego pueden ensayar el timbre de la voz, los gestos y practicar una entonación convincente.
Algunas variantes del juego pueden servir para ayudar a los niños que tienen problemas con el estudio o con la relación con sus compañeros, asegura Mikeladze. Muchas veces llevan niños al psicólogo porque tienen dificultades para concentrarse y Mafia puede corregir este problema: “Durante el proceso del juego el niño aprende a concentrarse en un objetivo: para no perder hay que hacer lo posible para no descubrirse a sí mismo o bien entender quién es la mafia. Al jugar salen de un estado un poco caótico y destructivo y aprenden a relacionarse”, explica la psicóloga.
Establecer relaciones sociales
En cuanto al aprendizaje, “Mafia” en inglés se convierte en un entrenamiento excelente, sobre todo si en la misma mesa del club entre los estudiantes de lengua extranjera se encuentra también algún expatriado. Los extranjeros que trabajan en Rusia a menudo tienen problemas con las actividades fuera del trabajo y “Mafia” para ellos es una forma de divertirse y a la vez de conocer a 50-60 personas durante una noche de juego.
En Moscú no es nada difícil encontrar organizadores de este tipo de entrenamientos y de encuentros corporativos. En este sector del mercado una de las compañías más conocidas es “Mafliga”. Su presidente, Kamil Magomedov, considera que Mafia es una excelente plataforma para relacionarse cara a cara con gente del mismo estatus social. Hay varias categorías de clubes: classic, gold y platinum que se dividen por la categoría del establecimiento donde tiene lugar el juego. Por ejemplo, hay clubes cerrados y también hay sitios donde el juego es gratis o donde el precio de una noche es de 17$.
Magomedov señala que “Mafia” es un entretenimiento elitista pero no desde el punto de vista del dinero si no del público. Normalmente juega gente de a partir de 25 años, a quiénes ya les cansan los grupos ruidosos, y quieren cultivar la mente. Una persona puede ir a jugar a “Mafia” sola y allí conocer a decenas de jugadores y todos ellos son potenciales amigos o socios. Hay muchas historias curiosas: “Una vez un diputado de la Duma estatal y un estudiante muy bueno coincidieron en la misma mesa de un club cerrado. Tras la votación el estudiante gritó al diputado “¡Cómo votas! Esto no es la Duma, aquí hay que pensar, antes de poner la mano sobre la mesa” Al principio todos se quedaron pasmados, después se rieron y el diputado prometió corregirse”.
Convertir el juego en deporte
Según Magomedov, el negocio se está desarrollando y de momento no da grandes beneficios. Las aportaciones de los jugadores normalmente sirven para pagar al que dirige el juego, a los administradores y a los psicólogos. Hay otro formato que es más atractivo: los juegos de masas y los torneos. Una sola partida de ese tipo, Twee game en Tunning Hall, reunió a mil personas a través de las redes sociales, sin ningún tipo de anuncio publicitario. Este tipo de juegos gustan a los esponsores y a los anunciantes y tienen mucho futuro en este sentido. Otra variante prometedora son los juegos de internet con video chat. Este tipo de portales ya existe y se desarrollan rápidamente.
Además, en Rusia y sus países vecinos “Mafia” está pasando a otro nivel completamente distinto. La Federación rusa de juego intelectual Mafia (FIIM, por sus siglas en ruso) tiene el ambicioso objetivo de convertirla en un tipo de deporte. El presidente de FIIM, Ilia Rogachev, considera que en dos años Mafia ya crecerá en una federación a nivel de todo el país y tras ese paso el reconocimiento como deporte ya estará cerca. FIIM también organiza torneos y elabora unos estándares únicos. Además enseña a las masas, considera el presidente de FIIM: “Nuestra misión es muy sencilla, instruir. Mafia es un instrumento para el crecimiento personal y una plataforma excelente para relacionarse. A través de nuestros contactos difundimos unos conocimientos únicos a las masas", -explica Iliá Rogachev. – “Es posible que todavía no comprendamos del todo el potencial de este negocio y la importancia de sus funciones sociales. Consideramos que hay unas posibilidades enormes para explotar”.