Gracias a la cortesía del Instituto Andaluz de la Tecenología (IAT), ya disponemos de un ejemplar del juego de mesa Innoplay, el juego de la innovación - una versión del conocido Monopoly.

Las primeras imágenes del juego ya hacían suponer que el juego sería un sucedáneo, pero hemos querido esperar a tenerlo entre manos para poder juzgarlo sobre seguro.
El Lunes 8 de Marzo se celebró el Córdoba una prueba del Maratón Innoplay. Este maratón se desarrolla estos días invernales por diversos centros educativos de las provincias andaluzas con la colaboración de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Asistimos a la prueba cordobesa y allí nos hicimos con una caja del juego preparada amablemente para nuestra asociación.

Estaban presentes los impulsores de la idea del juego de mesa en el IAT, Miguel Graneo López (Director de comunicación Institucional) y Gonzalo Entrambasaguas Garrido (Dpto. de Comunicación y Marketing). Dicen haber estado trabajando desde hace un año en el proyecto, que implica la dificultad de coordinar el patrocinio de muchas empresas y organismos. Su idea no era crear un juego, sino hacer llegar el funcionamiento de la creación de empresas y del Sistema Andaluz del Conocimiento (SAC) a los jóvenes - El juego de mesa como herramienta.
Innoplay es en definitva una versión más del Monopoly (Que no se enfade Hasbro - aunque ellos tampoco podrían quejarse...).
Los autores dicen que lo han hecho más dinámico y que su trabajo ha consistido en introducir la realidad del sistema andaluz empresarial en el juego. Innoplay es un "apoyo lúdico" para su intento pedagógico. También comentan que el juego puede exportarse a otras comunidades, cambiando la terminología específica de cada sistema empresarial. Y ya hay otras instituciones fuera de Andalucía que se han interesado en el juego...

El juego está aceptablemente bien producido, con una buena caja, un tablero (brillante por el satinado), tarjetas de eventos, dinero (llamado Talento) en billetes de papel. El inserto interior de la caja es fenomenal, de plástico hecho a medida para los componentes del juego. Todo ello está fabricado por empesas andaluzas, a excepción de los peones y los cubitos de madera, que vienen de Spielmaterial en Alemania. El libreto de reglas, explicadas correctamente, incluye en su mitad un directorio de las empresas participantes.

Pueden jugar a Innoplay de 2 a 6 personas. No se indica en la caja la edad recomendada, la duración estimada de una partida o los creadores del juego - datos habituales y casi imprescindibles hoy en día en cualquier caja de un juego de mesa.

En el juego Innoplay se crean empresas, que después se van haciendo progresar cambiando de fase, hasta alcanzar el estado máximo de empresa modelo en la quinta fase. Las empresas del tablero, todas ellas reales y activas en Andalucía (han patrocinado la producción del juego), se agrupan por sectores en un tablero totalmente monopolyzado. Una base de plástico indica que una empresa ha sido comprada. Con unos cubitos de madera, se va indicando el paso a cada fase. Cuando alcanzan el nivel de empresa modelo, se sustituye la base rellena de cuatro cubitos (azules) por un cubo de diferente color (morado). Lo malo, como en el Monopoly, es que estas acciones están sujetas al estricto azar de los dados: quien cae en una casilla puede comprarla, y si tiene dueño debe pagar royalties a la persona propietaria.

Además de empresas, en el tablero hay casilla de centros tecnológicos, parques tecnológicos o del SAC, que permiten tomar tarjetas de eventos - todos ellos ilustrativos de acontecimientos posibles en la vida de una empresa. El juego va introduciendo así un vocabulario y dando nociones sobre el desarrollo empresarial, queriendo apoyar la idea del beneficio de la inversión del capital para mejorar.
Hay algunas modificaciones más, como acciones de colaboración entre empresas de forma que los pagos a una casilla deben compratirse con otra; propiead compratida de centros tecnológicos por paquetes de cuatro acciones; cierres por vacaciones; casilla de Universidades... En el mundo empresarial deberían verse con mejores ojos actos cívicos como el impueto de sociedades, el IRPF, el IVA o el pago de las nóminas a los trabajadores. En el juego son meros inconvenentes que hacen perder dinero en algunas casillas - un error pedagógico si no se ven reflejados los beneficios (que luego salen algunos empresarios en España que dejan mucho que desear...).
Eso sí, al pasar por la casilla de salida se recibe dinero. Aunque en el juego se le denomina "Talento" , es dinero a todas luces, para comprar, pagar y vender.

El final de la partida se establece o bien a un tiempo prefijado mínimo de 2 horas (quien vaya mejor gana), o hasta que todo el mundo menos un jugador esté en bancarrota (final impracticable en la realidad, al estilo del interminable Monopoly).

Con estas ideas que quiere transmitir el Innoplay, habría material para desarrollar un juego de mesa original (y por tanto innovador) sobre fundar empresas, hacerlas evolucionar de forma que ganen valor en el proceso, con dosis de colaboración mejor introducida, siguiendo las líneas del SAC si se desea, pero además con un objetivo claro y partidas de duración razonable.
Pero se ha perdido una buena oportunidad. Nos alegra que se hagan juegos de mesa, nos apena un resultado contraproducente.
Es lo habitual cuando las instituciones u otros organismos públicos o privados decieden hacer un juego de mesa. No se contacta con personas expertas, no se busca documentación en la materia, se piensa que con conocer dos juegos famosos, de preguntas o de hoteles, ya se conoce todo lo necesario, y el resultado suele ser lamentable - en la práctica nadie juega a esos juegos salvo en los actos de presentación. No creemos que se procediese de la misma manera por parte de estos organismos si se quisiera publicar un libro, montar una exposición artística, o rodar un cortometraje o anuncio publicitario.
Un juego de mesa puede ser una magnífica herramienta divulgativa - de acuerdo. Y lo será mejor todavía cuánto más lúdico y divertido sea.
El Monopoly, famoso pero manido y superado hoy en día como juego de mesa, tiene sus orígenes en un juego creado en 1903 por Elizabeth Magie. En la actualidad es propiedad y maca registrada de la multinacional Hasbro (que no participa en Innoplay, por cierto).
La triste ironía, lo que nos hace lamentar más la oportunidad malgastada, es que un juego de la innovación en la Andalucía del 2010 siga tomando como base un juego más que centenario.

¡Nos jugamos!
