
Cada equipo (que puede ser de una única persona) dispone de un tablero para ir formando palabras de al menos 3 letras, usando las letras que se sacan a ciegas de una bolsa. Si se consigue formar una palabra, se saca otra nueva letra de la bolsa y ahora se puede formar una nueva palabra con las letras sueltas disponibles o ampliar cualquier palabra anterior moviendo sus letras y añadiendo alguna más. Las palabras puntúan al cuadrado según crece su longitud (9 puntos por 3 letras, 16 por 4 letras, 25 por 5 letras, etc.), lo cual está oportunamente indicado en cada tablero.
Pero si crees no poder formar una palabra nueva o ampliar alguna anterior, debes pasar. Cuando pasas, el otro equipo puede decir "_¡Jarnac!" si es que ha visto alguna posibilidad que a ti se te había escapado. En ese caso te arrebatan la palabra (con todas sus letras) además del turno. Si el equipo rival no dice Jarnac, juega su turno normalmente intentando formar palabras en su tablero - y a la vez con la posibilidad de sufrir un Jarnac en carnes propias.

El momento tras pasar, a la espera del posible Jarnac del rival, es el momento emocionante del juego. Es la tensión entre los dos equipos enfrentados - Un Jarnac es un ataque, la consumación de que el rival lo ha hecho mejor y ha reconocido una palabra donde tú no has podido. Un enfrentamiento lingüístico en toda regla.
No es vana por tanto la portada elegida para la edición 2009 del juego, que muestra a dos duelistas en pleno combate de esgrima:

Si es el turno del otro equipo y has descubierto una palabra, toca poner cara de Póker y disimular mientras aparentemente sigues concentrado en las letras, y esperar que pasen para poder atacar.
Un Jarnac exitoso puede robar una palabra construida con esfuerzo y llevarla al tablero rival. Pero puedes poner una palabra a salvo: El número máximo de letras en una palabra es de 9, así que esas palabras no pueden robarse por Jarnac (al no poder crecer más) y son las que más puntúan a final de juego, que ocurre cuando un equipo tenga una palabra en cada una de sus 8 filas diferentes.
Es un juego que requiere por tanto máxima concentración, pues ambos equipos están jugando continuamente en ambos tableros y los errores son directamente oportunidades de robo para el contrario.

En Jarnac hay poco espacio para jugar de forma despreocupada. El juego no incluye reloj alguno, pero puede ser deseable delimitar el tiempo de los turnos de cada equipo. En ese caso se debe usar un tiempo razonable de algunos pocos minutos - no olvidemos que en ese tiempo también está jugando el equipo contrario al que tiene el turno, pues nunca se deja de jugar. Otra variante más agresiva que hemos puesto en práctica es ésta: cuando el equipo que no tiene el turno descubre alguna palabra, da la vuelta a un reloj de arena (de un minuto o de medio minuto). Si el reloj se agota antes de que el equipo en turno vea alguna nueva palabra, el otro equipo puede gritar "_¡Jarnac!" inmediatamente.
Si te gustan los juegos de letras y pensar concienzudamente en tu vocabulario, Jarnac puede ser un interesante duelo.


Jarnac es un juego de mesa que desde su aparición ha conocido diversas ediciones sucesivas en varios países.
El juego se presenta en una edición internacional, con indicaciones de qué letras y en qué cantidad se deben dejar aparte para jugar en cada lengua. El juego tiene por tanto otra aplicación lingüistica: cambiando las letras, podemos jugar a Jarnac en otros idiomas; castellano, francés, inglés... - Apuntado queda además como herramienta pedagógica.

¡Nos jugamos!