Munchkin Quest es una bastante fiel en espíritu adaptación del juego de cartas Munchkin a una caja de gran formato, con tablero y muchos componentes. Pues eso.

Si has jugado al Munchkin de Steve Jackson comprenderás lo fácil que sería hacer una versión de tablero. Es un juego humorístico de espada y brujería que parodia el juego de rol primigenio, Dragones y Mazmorras de Gary Gygax & Dave Arneson y su temática de exploración de mazmorras fantásticas llenas de tesoros y monstruos.

Munchkin es un juego exclusivamente de cartas. En un turno del juego tienes que explorar la mazmorra desvelando una carta del mazo de mazmorra. Normalmente encuentras un monstruo que debes derrotar superando su fuerza sumando tu nivel de personaje más armas y otras ayudas que puedan darte tus cartas. Puedes pedir ayuda a otros jugadores que a la vez pueden interferir en el combate jugando una amplia variedad de cartas para entorpecer. Si el mostruo es derrotado, se encontrarán tesoros (de otro mazo de cartas) y el personaje sube de nivel - llegar a cierto número es el objetivo del juego. Además hay cartas de tipo de personaje, de raza, de maldiciones, y un largo etcétera aumentado por la incesante publicación de extensiones de este juego, éxito de ventas en el mundo y en la edición española de Edge.
La palabra munchkin viene de los habitantes del país del mismo nombre en el libro El Mago de Oz de L. Frank Baum. Debido a sus voces chillonas en la película de Victor Fleming en 1939, fueron tomados como referente freak en el mundo de los juegos de rol, denominando a jugadores molestos quienes intentan exprimir las reglas y equipar a sus personajes como arsenales andantes.
Ahora en este nuevo juego se añade el témrino quest (búsqueda), un referente en los juegos de mesa desde el HeroQuest de Stephen Baker (1989) - y antes todavía, con otros juegos de exploración de mazmorras fantásticas, como el juego sueco Drakborgen de Dan Glimne & Jakob Bonds (Alga, 1985), publicado como Drachenhort por la alemana Schmidt (1985) y como Dungeonquest por Games Workshop (1987).

En Munchkin Quest de Steve Jackson la mecánica es similar al juego de cartas, pero todo es más visual: hay componentes para construir la mazmorra con sus monstruos y tesoros. En tu turno puedes moverte y explorar un pasillo sacando una baldosa de habitación de mazmorra (en Munchkin la mazmorra no existe como tal, salvo como una sucesión de cartas de monstruos).


Hay peones de munchkin (de plástico) y de monstruos (de cartón en peana) más o menos grandes indicando su fuerza, hay marcadores de nivel y de vida (en el Munchkin había que anotar las puntuaciones o usar algún tipo de contadores). El objetivo sigue siendo alcanzar el nivel máximo de tu personaje cuánto antes - y derrotar a un último monstruo para poder escapar.

La mazmorra de Munchkin Quest se va formando al azar sobre la mesa desde una habitación central donde se empieza la partida. En cada turno se dispone de varias acciones; a elegir entre moverse, explorar, buscar tesoros... Los pasillos entre habitaciones indican cuantas acciones son necesarias para ser atravesados. Las habitaciones tiene diversos efectos y siempre aparece un monstruo en ellas. Los monstruos no derrotados se mueven por las habitaciones, según un código de colores en cada salida de cada habitación. En las habitaciones se pueden dejar objetos que luego pueden ser recogidos. En definitiva, manteniendo casi todo lo que hay en Munchkin, en Munchkin Quest se introduce un mapa de juego y los aspectos de complementación que ello permite.

Por supuesto hay muchas cartas en Munchkin Quest (tesoros, monstruos, maldiciones, equipo, raza, clase, etc.) todas ellas con chistes y parodias del mundo de los juegos de rol y el género fantástico de espada, brujería, dragones y mazmorras.

Si las reglas de Munchkin son algo confusas en muchas ocasiones - algo resuelto en las misma instrucciones con gracietas del estilo de decir que la persona dueña del juego decida caso de porblemas-, las instrucciones de Munchkin Quest están al menos mejor planificadas.

Munchkin Quest es un juego con todo el sabor del Munchkin. Esto lo dice todo.
La larga duración del Munchkin Quest (3 horas) y su largos turnos hace que por otra parte se pierda la agilidad del juego de cartas (que por cierto, pese a los turnos rápidos también tiene la posiblidad de eternizar sus partidas).
Si te gusta el juego original de cartas, intenta acercarte a Munchkin Quest - No recomendaríamos esta mazmorra en otro caso.

¡Nos jugamos!
