Asmodée Ibérica ha publicado muchos juegos en los que la rapidez mental y visual son parte fundamental. Queríamos dedicar un artículo a tres de ellos en los que hay que jugar descubriendo diferencias: Rapidcroco de Roberto Fraga, Differences? de Christophe Boelinger y Panicozoo de Benoit Michaud.
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Differences?, del peculiar Christophe Boelinger, es el clásico juego de las 7 diferencias , reducidas a 2 y en una baraja de cartas.

El juego, presentado en una minicajita de cartón (como otros juegos de Asmodée), contiene 27 cartas reversibles. Todas ellas muestran, por la cara de juego fácil, un paisaje campestre con un río, montañas al fondo... Todas las imágenes son iguales, excepto en 2 detalles.

Tomes las dos cartas que tomes, siempre hay exactamente 2 diferencias entre ellas. Y en esta inteligente forma de haber hecho los dibujos, a cargo de los artistas Stéphane Poinsot & Vincent Colon, se basa la mecánica de juego.

Cada persona en la partida tiene una carta delante de sí. En el centro de coloca otra carta a la vista de todo el mundo. Quien encuentre más rápidamente las diferencias entre su carta y la carta del medio de la mesa, gana la ronda.

Quien gana la ronda coloca su carta en el centro de la mesa como nueva carta común, y sigue jugando con una nueva carta personal.

Por el otro lado las cartas muestran un paisaje playero lleno de detalles y con más elementos que el lado campestre. Es el segundo nivel de dificultad del juego.


Panicozoo de Benoit Michaud también es juego de cajita pequeña, pero de las de lata de Cocktail Games, editora original.

El juego incluye dos barajas, una para juego infantil (15 cartas) y otras dos para juego avanzado (15. cartas cada una), mostrando o bien la silueta de los animales pintados en negro, o los animales coloreados - con ambas barajas se juega igual.
Los dibujos son de Arnaud Quéré.


De nuevo el juego se basa en una ingeniosa utilización de la teoría de conjuntos para hacer cada baraja: caa carta muestra 14 animales y en total se muestran 15 animales, pues todos ellos aparecen en todas las cartas, menos en una.
Se elige un mazo de cartas (siluetas o coloreadas), se barajan, y se ponen en medio de la mesa bocarriba todas ellas, menos una. Mirando las 14 cartas, hay que descubrir cuál de los 15 animales es e único que aprece en todas las cartas a al vista.

Quien crea saberlo, nombra en voz alta el animal. Para comprobar su acierto o error, toma la carta que permanecía bocabajo y comprueba que el animal que ha nombrado no aparece en esa carta (eso demostraría que está en todas las demas cartas). Si ha acertado, gana la ronda.
En la versión infatil se elige un mazo de cartas pero se colocan todas bocarriba sobre la mesa. Pero también se usa el tercer mazo infanti, que muestra un animal cada una. Se baraja este mazo y se descubre una carta. El animal mostrado indica la carta que hay que buscar sobre la mesa, aquella en la que falta precisamente ese animal. Quien la descubra antes, pone la mano encima y gana la ronda.
Rapidcroco de Roberto Fraga va un poco más allá. Se presenta en caja de lata de Cocktail Games, su ediora original en Francia.
En la histoia del juego se ha producido un robo y 32 cocodrilos son los sopechosos. Con simpáticas ilustraciones de Sofi, las cartas muestran cada una un cocodrilo o cocodrila, en todas las combinaciones de color (verde o azul), gafas (con o sin), sombrero (con o sin) y tamaño (gordos y flacos), además de su correspondiente nombre.






Rapidcroco es otro sencillo juego de agudeza visual y rapidez, simpático y con mayor interacción, como es característico del gran Roberto Fraga (cuyas ventas de sus juegos estrella estamos siguiendo a nivel mundial).
Tres juegos no aptos para vistas cansadas, tres pequeños divertimentos, tres formas de jugar concentrando la mirada.
¡Nos jugamos!