

La Plaza del Potro es una placita de la ciudad de Córdoba, con múltiples atractivos turísticos como la Fuente del Potro, el corral de comedias de la Posada del Potro, una columnata con el custudio arcángel San Rafael (numerosas en la ciudad), y los museos de Bellas Artes y del pintor Julio Romero de Torres.


Todo su suelo está enlosado con grandes piedras de granitos de varios colores, principalmente del granito rosa característico de Córdoba. Mucha de ellas se creen provienen del desmantelamiento final del cercano Teatro Romano de Córdoba.

Fue el blog Juegos romanos y medievales (a su vez a través de una desaparecida web cordobesa) el que nos puso sobre la pista de un aniguo tablero en el suelo de la Plaza del Potro:
El tablero que poseemos en Córdoba como veremos nos presenta otra problemática. Está en una de las losas que forman la conocida plaza del Potro (...). Se trata aquí de un tablero de IX, muy erosionado y en muy mal estado de conservación, que (...) podría corresponder a uno de los sillares o piedras que procederían del teatro romano existente en la cercanías, más que fuera contemporáneo de la época de la construcción de la plaza en el siglo XIX. El lugar en que se localiza el grabado también nos hace pensar en una piedra reutilizada, más que de un grabado realizado en época contemporánea, pues el sitio en concreto en que está, no es muy apropiado para el fin que se pretende, y debería haber sido grabado posiblemente, en otro lugar más apartado o recogido de la plaza, resguardado de las inclemencias del tiempo (Sol, lluvia,..). No se puede tener la certeza absoluta de que procede el teatro romano en cuestión, pero pudiera venir de otras edificaciones tanto romanas o medievales que hubiera en la zona y que no han llegado hasta nosotros.
El artículo se acompañaba de esta fotografía:

Así pues nos pusimos a la búsqueda del tablero grabado en piedra en el suelo de la Plaza del Potro.

Este lugar ha estado sometido a diversas obras recientemente (de aguas, rehabilitación, etc.) y tuvimos que esperar a su finalización para poder pasear mirando sin obstáculos su suelo.
No obstante el tablero no aparecía.

Decidimos emitir una petición formal de información al Ayuntamiento de Córdoba y tras finalmente fuimos atendidos por el departamento de la Gerencia de Urbanismo responsable de alguna de las obras en la Plaza del Potro.
Pero allí no tenían constancia del tablero grabado en la losa (¡!). Aunque algunas de las piedras con grabados importantes han sido retiradas de la plaza para su conservación en los almacenes del Museo Arqueológico y reemplazadas por otras nuevas, no tenían conocimiento de una piedra con un tablero de juego.
Por el tipo de argamasa de unión entrte losas en la única foto que nos servía de referencia, los técnicos del ayuntamiento se inclinaban a pensar que la piedra correspondía a la segunda parte de la Plaza del Potro, más cercana al río y que no ha sido objeto de obras de restauración en los últimos tiempos - Y su vaticinio se mostraría muy acertado.

La calle Lucano atraviesa la Plaza del Potro y en realidad la parte de este espacio más cercana al río recibe el nombre de Enrique Romero de Torres.

Pero aunque lo intentamos, no encontramos el tablero grabado en piedra por nuestros propios medios.

Meses más tarde y sin más noticias, contactamos de nuevo con los técnicos de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba, expresando nuestra opinión de que algo así no podía desaparecer de Córdoba y que había que encontrar la losa en cuestión o como mínimo poder averiguar su paredero o su destino.
Y tras más de año y medio desde el inicio de nuestras pesquisas, los técnicos municipales - Gracias Rosa y Rafa - localizaron a principios de verano de 2013 la losa en cuestión, muy cercana al borde de la ribera del rio Guadalquivir, y nos lo hicieron saber directamente.

El tablero grabado en granito se encuentra efectivamente no en la Plaza del Potro propiamente dicha, sino en la zona Enrique Romero de Torres y normalmente está camuflado bajo las mesas y demas parafaernalia de los bares - lo que sería un factor más para explicar su mal estado de conservación. Ése es un espacio ocupado por los veladores y las terrazas de bares turísticos, en pleno casco histórico de la ciudad. Revisar su suelo es tarea de horas tempranas o muy tardías en la noche.



Hemos visitado la piedra de madrugada para poder observarla y éstas son algunas fotografías.



Para localizar el tablero debes caminar en sentido desde la Fuente del Potro hacía el Guadalquivir y fijarte en el penúltimo árbolito a la izquierda de Enrique Romero de Torres (continuación de la Plaza del Potro hacia la ribera). La losa con el tablero grabado está en una esquina izquierda del árbol, en la parta más alejada del río.


El Juego del Molino o Alquerque en todas sus distintas modalidades, es un juego cuyas primeras evidencias provienen de época romana. Se convertiría en uno de los juegos de mesa más típicamente populares en la Edad Media y se pueden encontrar tableros grabados en piedra en sillares, fuentes, claustros, iglesias y castillos de edificaciones medievales por toda Europa.
El tablero de la Plaza del Potro de Córdoba (seguiremos llamándolo con ese nombre pese a su localización exacta) es un tablero de Alquerque de IX, la variante más extendida del también conocido como Juego del Molino.
En inglés es también conocido como el juego de los Nueve hombres de Morris (Nine Men's Morris) o simplemente Morris.

Es un juego estratégico para dos personas y cada jugador cuenta con 9 piezas u hombres - de aquí la denominación del juego "de IX". Según el tamaño del tablero, existen Alquerques de 3, de 6 o hasta de 12 hombres como los más comunes.
Al principio de la partida el tablero está vacío y por turnos cada jugador coloca un hombre en una intersección del tablero. Una vez colocados todos los hombres sobre el tablero, el turno consiste en mover una pieza por las líneas del tablero hasta una intersección adyacente desocupada.
El objetivo durante todo el juego es conseguir tres-en-raya, o sea, tres piezas propias en línea recta en posiciones adyacentes. Esto se denomina molino y permite eliminar un hombre rival quitándolo del tablero (Sie s posible, ha de ser uno que no forme un molino contrario).
La victoria final se consigue al dejar al rival con menos de 3 hombres (ya no podría capturar piezas enemigas) o al lograr que el rival no tenga movimientos posibles en su turno.
En el Molino de 9 el número de posiciones distintas ronda las 1010, lo que suponen un total de unas 1050 partidas distintas. Desde 1993 el juego está resuelto, cuando Ralph Gaster demostró que un juego perfecto por ambas partes acabaría en tablas. Además creó el programa informático Bushy, el mejor jugador de este juego.
El origen del juego puede remontarse al Egipto antiguo, después a Grecia y de ahí a los romanos que lo extendieron por todo su Imperio donde permaneció siendo popular por siglos.
En su evolución esta familia de juegos tiene varios representantes, como el Achi (Ghana), Juego de los Seis Hombres o Luk tsut k'i (Filipinas), Juego del Cuadrado (China), etc.
Hay referencias clásicas al juego del Molino en la literatura, como en la obra Ars Amatoria de Ovidio (entre los años -2 y 2 de esta era):
Hay otro juego dividido en tantas partes como meses en el año. La tabla tiene tres piezas de cada lado, el ganador deberá colocar todas las piezas en una línea recta. Es algo malo para una mujer no saber cómo jugar, porque el amor a menudo aparece durante el juego.
Y en Sueño de una noche de verano de Shakespeare (1600):
El Juego del Molino está lleno de barro [y no se puede jugar].
Pensando en quiénes jugaron en esa piedra, sombras de juegos pasados.

¡Nos jugamos!